Este libro recupera una edición de principios del siglo XX, reuniendo los trabajos merecedores de distinción en los Juegos Florales que se llevaron a cabo en Zaragoza en 1901, dentro del apartado que los organizadores dedicaron a repertorios de voces aragonesas, como continuación de los trabajos de Jerónimo Borao. Se trata de textos de Alfredo Llatse, Benito Coll y Altabás, José Valenzuela La Rosa y Luis Víctor López Puyoles que, en suma, constituyen un paso más en la labor de difusión y dignificación de todos los aspectos relacionados con la lengua aragonesa.