Manuscrito de 1507, de amplia difusión en el siglo XVI y primeras décadas del XVII, en el que aparecen las genealogías de las más linajudas familias aragonesas con sus antecedentes conversos. Según Serrano y Sanz no debió de ser éste su título, pero debe su nombre a las velas de color verde que llevaban los penitenciados en los autos de fe.
En 1601 la Diputación lo calificó de libelo. Fue sometido a la censura de expertos teólogos y personalidades tanto de Aragón como de los otros reinos con base en tres puntos: «1.° Si en el fuero interior de la conciencia pueden tener y mostrar este libro las personas que hoy lo tienen sin escrúpulos de pecado mortal siendo tan pernicioso en materia grave, 2.° Si los testigos examinados en información de limpieza puedan afirmar con juramento las faltas de los linajes por lo que un libro tan sospechoso dice sin escrúpulos de pecado mortal, 3.° Si tales testigos no habiendo otro fundamento concluyente en que se funde la mala opinión y fama de raza, sino el libro, podrán sin pecar mortalmente deponer de voz común y fama pública procediendo como procede de un origen tan incierto y peligroso». Consignaron que era un libelo; que el autor, si viviese, debería ser castigado con la máxima pena, y que uno cometía grave falta tanto si lo tenía como si lo enseñaba o divulgaba, o si no lo quemaba.
En 1615 vuelve la Diputación a solicitar las censuras y en 1620 el Tribunal de la Inquisición prohíbe bajo penas corporales la lectura del libro; recogidos sus ejemplares, fueron quemados en la plaza del Mercado de Zaragoza en 1622. Felipe III (IV de Castilla), en mensaje dirigido al inquisidor Pacheco, obispo de Cuenca, le felicita por la medida (17-XI-1623).