Ya en 1919 se había llamado la atención sobre otro códice del siglo XIV que recogía el “fuero extenso” de Tudela, el manuscrito Thott 328 de la Kongelige Bibliotek de Copenhague; empezó a estudiarlo con gran pericia el investigador germano Konrad Haebler, cuyas notas y reflexiones fueron luego traducidas y publicadas por J.M. Lacarra con el título de Los Fueros de Sobrarbe. Se replanteaba aquí el intrincado problema de aquel hipotético cuerpo de derecho nobiliario, supuestamente otorgado por el rey Sancho Ramírez; redactado el texto primigenio en lengua latina, sólo se habrían conservado a través del fuero extenso de Tudela 16 capítulos en su posterior elaboración romanceada. “Lo que desde el siglo XIV -añadía K. Haebler- se llama fuero de Sobrarbe es, en sentido más amplio, el Fuero General de Navarra; en sentido más restringido, el Fuero Antiguo contenido en este último y que probablemente fue inventado por el partido de la nobleza con motivo del cambio de dinastía de 1137, pero que no fue reconocido en la legislación por los reyes de Aragón; por el contrario, se acudió a él en Navarra al encontrarse el reino en condiciones análogas, y allí alcanzó vigencia duradera.
Fuero de Sobrarbe
Martín Duque, A. J. (2002) Hacia la edición crítica del Fuero de Tudela, Príncipe de Viana, 227, 717-725.