El cartulario de Fanlo (958-1270) se había extraviado en el desorden que padeció en otras épocas el archivo de San Pedro el Viejo de Huesca, o bien había sido custodiado celosamente. Fue dado a conocer por vez primera en 1904, pero vuelve a extraviarse y hasta el momento de esta publicación no se ha hallado su huella. Esta publicación parte de las notas que, de todos los documentos que tenía el cartulario, fueron tomadas en 1936 por el autor.