Desde 1926 el autor comenzó a estudiar los dialectos de los distintos valles de ambos lados del Pirineo, publicando un primer trabajo en 1935. A partir de ese momento se incrementaron considerablemente los estudios dedicados a las hablas pirenaicas del Alto Aragón, pero faltaba una síntesis o compilación de los nuevos progresos en el campo léxico, vacío que trata de llenar esta publicación centrada en las hablas modernas de los valles del Pirineo y sus afinidades con el catalán, el gascón y los vasquismos de Navarra.