Códice elaborado en pergamino y escrito en letra visigótica pausada. El manuscrito 60 es un libro enigmático en muchos aspectos. Desde el punto de vista de su estructura material no es una pieza unitaria, sino un producto facticio elaborado en torno al siglo IX con cuadernos de diferente procedencia. La manufacturación del ejemplar debió de ser realizada en un scriptorium en ciernes pues, en efecto, los artesanos no aplicaron unas técnicas refinadas durante el proceso de producción del códice. El resultado es una obra de aspecto tosco y desmañado. El carácter misceláneo de los textos contenidos (Verba seniorum, Passio martyrum Cosmae et Damiani, Sermones beati Augustini, etc.) revela un interés por determinados temas, interés que, probablemente, sirvió de hilo conductor en el momento de articular el volumen de manera definitiva.
A pesar de su mediocre factura el códice encierra gran interés, a causa de haber sido enriquecido con una serie de adiciones incorporadas en una fecha posterior a su creación. Manuel Gómez Moreno fue el primer investigador que señaló la existencia de tales anotaciones y publicó una de ellas, la número 90. Luego, Ramón Menéndez Pidal con la generosa ayuda de aquél, según el propio autor reconoce, las utilizó a modo de obertura de su clásico tratado, los Orígenes del español (Madrid, 1926).
Se desconoce el lugar de origen del ms. 60. El profesor Díaz y Díaz (1979) supone que debió de ser elaborado en una zona pirenaica; Wolf (1991) defiende la hipótesis de una procedencia navarro aragonesa, basándose en criterios lingüísticos. Asimismo, resulta conflictivo averiguar la finalidad de tales aclaraciones. El sistema secuencial empleado hace pensar en una utilización del libro para el aprendizaje del latín. Las restantes anotaciones indican una lectura intensiva y ruminativa al uso de la época. Tampoco se sabe a ciencia cierta en que momento se procedió a añadir los apuntamientos. Los especialistas sitúan el hecho entre los siglos X y XI. Aunque la bibliografía concerniente al manuscrito es abundante, quedan todavía muchos interrogantes por dilucidar. Quizá esta aureola de misterio ha contribuido a sacralizar un testimonio privilegiado de los balbuceos de dos lenguas peninsulares.
Esta obra fue remitida a la Real Academia de la Historia en 1951 en virtud de la aplicación de la legislación relativa a la desamortización de los bienes eclesiásticos.
Glosas Emilianenses
Ruiz, E. (2001). Ficha descriptiva. En Tesoros de la Real Academia de la Historia : [exposición] Palacio Real de Madrid, abril-julio 2001. Real Academia de la Historia Patrimonio Nacional. Fuente: vallenajerilla.com