En los primeros años del siglo XX, el Alto Aragón disponía -y todavía hoy- de unas comunicaciones muy malas […]. Eso motivó que en las primeras décadas de ese siglo la gente se indignara contra las autoridades de aquella época, pues mantenían sus pueblos en una situación bastante complicada y en continuo aislamiento, sobre todo en invierno, con varios metros de espesor de nieve: no poca gente moría por no poder ser trasladada a Huesca.
[…] Sin embargo, los habitantes de estos pueblos continuaron demandando insistentemente la construcción de la carretera que permitiese la comunicación con Huesca y, por tanto, abrir nuevas posibilidades de riqueza y desarrollo. La prensa, y en concreto el periódico La Tierra, se hizo eco de las quejas de estos ciudadanos, principalmente de Abellana y Nocito. Así, el 13 de diciembre de 1934, se publicó en este diario una carta de Victoriano Ortas, de Nocito, donde refleja el malestar de todo el valle en un texto en aragonés.