Las historias que se refieren a estos hechos cuentan que Enrique III envió hacia el Oriente europeo a dos súbditos destacados de su Corte, Payo Gómez de Sotomayor y Hernán Sánchez de Palazuelos, para saber de aquellos lugares tan apartados de Castilla. Los enviados son llamados embajadores, término que se incorpora por entonces a los históricos, y pasa a formar parte del léxico de la diplomacia, que asegura un método de relaciones entre los reyes mediante sus enviados con unos fines determinados, como en este caso. Los embajadores se encontraron en aquella batalla entre los turcos y las gentes de Tamorlán, en la que este venció, y Tamorlán trató a los castellanos con benignidad y cortesía. Cuando estos quisieron volver a las tierras castellanas, fue su voluntad que los acompañara un embajador propio, para trabar conocimiento y amistad con el rey Enrique III.
Vida y hazañas del gran Tamorlan, con la descripción de las tierras de su imperio y señorío [Manuscrito] / escrita por Rui Gonçalez de Clavijo
López Estrada, F. (2005). Ruy González de Clavijo. La embajada a Tamorlán. Relato del viaje hasta Samarcanda y regreso (1403-1406). Arbor 180, 515-535.